Lo sensual del lenguaje

Fecha
October 18, 2020
Temas
MiscelaneasRescates
Autor
Paul Valery

¡Hola, queridísimos suscriptores de este boletín! Antes que nada, pedirles disculpas: este mail llega un día tarde. No hay ninguna excusa noble ni glamorosa, ayer estuve todo el día pensando que era lunes. Fin de año es un delirio en todo el mundo, no iba a ser una excepción este Club de Poemas. Hoy tenemos un nuevo rescate: una selección de las Notas sobre poesía, de Paul Valéry. La traducción es de Hugo Gola y pueden conseguirlas editadas por Hilos, que muy amablemente nos permitieron publicar algunas. 

Descubro que la poesía no me interesa sino como indagación de un pequeño problema cuya solución es bastante improbable:

Sintaxis x  música x convenciones.

En lo demás -es decir, en lo que se refiere a la imaginación- la física y la matemática son mucho más estimulantes, ricas, etc.

En cuanto al sentimiento puro y simple, cada uno tiene lo suyo.

Verso es la sucesión de sílabas, el número lo bastante limitado como para que pueda ser percibida como una unidad que tiende a un término final; lo cual implica: 1) una espera, 2) un camino constituido por encadenamientos,

identidades: 1)de tiempo, 2) de sonidos; o complementarios contrastes: 1) de tiempo, 2) de sonidos.

La poesía, en realidad, no es sino lo sensual del lenguaje. Presencia del signo y especulación sobre él, expresión dichosa.

El trabajo habitual del verso, el manoseo que lleva a la perfección, conduce a habituarse a los cambios de palabras, a las supresiones, a las sustituciones, que por un feliz acierto -bastante frecuente- desplazan el punto de vista del escritor y le hacen pensar, legítimamente, que el objeto inicial, el bosquejo primitivo de su poema, no son esenciales; que se los puede y se los debe abandonar si se presenta una ocasión favorable que lo aleje de aquellos -ya que son solo condiciones del comienzo—, una primera jugada, y que es posible ubicar en el acto modificador del lenguaje, y aun en el lenguaje mismo, el interés principal de la atención.

En suma, el escritor comprende que es el fin que alcancen los medios, y no el que sugieren el deseo inarticulado y la ocasión primitiva- o la emoción- lo que realmente importa.

La verdad en literatura, tal como yo la entiendo, no es solo la descripción, más o menos precisa, de lo que existe, sino su construcción.

Hablar de las cosas como si uno supiera de ellas algo más y no para reproducirlas.

Las restricciones, las reglas exteriores arbitrarias, obligan a encontrar relaciones y combinaciones que están afuera del campo espiritual, creado por la necesidad inmediata.

Estas permiten explorar regiones imprevisibles y presionan para que se combinen situaciones independientes.

Escribir: intento de otorgar a algunos fenómenos pasajeros cierta existencia, cierta duración permanente.

Paul Valéry.